Valencia, 23 de mayo de 2022

Después de la mañana tan caótica que había tenido, solo tenía ganas de descansar. Tanto intentar tirar al puto chino y sus esclavos, al final le costaron el puesto. Solo quedaba saber como se lo diría a su hermano, sus padres, y los pocos que quedaban de aquel equipo del 2018-2019 que tantas alegrías había dado a los valencianistas. Pero su hermano se le adelantó a todo lo que quería hacer. Jaume Domènech, el portero del Valencia y José Luis Gayà hicieron acto de presencia en el piso que tenía alquilado cerca del estadio de Mestalla.

–¡Natalia María Gayà Peña! ¿Por qué me he tenido que enterar por las redes sociales que te han despedido del club?— le gritó su hermano desde el comedor.

–¡No vuelvas a decir mi nombre entero si no quieres que te grite José Luis delante de la que te guste!—le gritó la chica desde su habitación.

–Y a todo esto... ¿A qué he venido yo, José?—le preguntó Jaume.

–Para hacer de mediador por si esto pasa a mayores.—le respondió el capitán del equipo che.

–Paso. Son peleas de hermanos y no quiero acabar mal.

–Soy la mayor por cinco minutos. Que no se te olvide eso, José—dijo la hasta, esa mañana, comunity manager del Valencia Club de Fútbol.— No sabía como decíroslo a ninguno sin que me dijerais algo serio, por la que he provocado.

–¡Habla!—le exigieron los dos jugadores valencianistas.

–Como ya sabéis, ya me pillaron en alguna manifestación anti Meriton Holdings, pero seguí manteniendo su confianza.

–Y para tanto.— añadió enseguida Jaume.— Llevabas la agenda de la gran mayoría de peces gordos del club.

–Exacto. ¿Conocéis los polémicos audios de Anil Murthy de esta semana pasada?

–Naiara...¿Qué has liado?—le preguntó su hermano temiendo lo peor.

–Les filtré la agenda de Murthy a los de Super Deporte para que ellos hicieran lo que debieran. Y me ha costado el trabajo, pero al menos él también se ha ido.

–¿Algo más?— le intentaron sacar más información los dos chicos.

–Intenté frenar la venta de Daniel, Parejo y Wass, de Rodrigo, de Coquelin, o que al menos les sacaran más dinero, que hicieran la renovación de Garay, las manifestaciones y la filtración de la agenda y ya está. Porque creo que la cuenta de Instagram que tengo donde mando toda la mierda que puedo hacia la compañía Meriton no la han encontrado.

–La liaste, Nai.—le dijo el portero.

–Lo sé, gato. Ningún equipo de fútbol me va a querer.

–Puedes intentar en otros deportes. El baloncesto, el tenis, la fórmula 1... Haz valer también las FP que tienes de fotografía con ese más de 8,5 de media.— le recomendó el lateral.

–Mientras tanto, ¿me puedo quedar en tu casa, germanet? Mi contrato de alquiler acaba el 31 de este mes y sin trabajo creo que no me renuevan.

–Con una condición, germana. 

–Dispara.

–Que vayas a Pedreguer y que a papá y a mamá, aunque ya lo hayan visto, se lo cuentes en persona. ¿Vale?

–Vale.

–Y yo que pensaba que iba a ver una gran pelea de hermanos.

–¡Domènech!—le gritaron los hermanos Gayà.

–Vale, me callo.—finalizó Jaume ante la mirada de odio que le echaron los dos.

Pedreguer, 31 de mayo de 2022

Sus padres sabían que había llegado al pueblo, pero aún no se atrevía a ir a verlos. Esa semana y media anterior la había dedicado a recoger su piso, trasladarse a la casa de su hermano y tener el valor para despedirse del equipo. Pero a sus padres... ¿Qué les diría? ¿La verdad o se inventaría alguna mentira como que había perdido la confianza del equipo? Como no, al igual que su hermano, su padre se le adelantó y tomó la decisión por ella.

"Llamada telefónica"

–¡Natalia María Gayà Peña! ¿Por qué ostias te han despedido del Valencia? ¿Y porqué si estás en Pedreguer aún no has llegado a casa?

Suspiró de manera pesada ante los gritos por teléfono de su padre. "No he llegado a casa porque no sé cómo afrontar hablaros de que me han despedido del equipo por meterme en política deportiva y que al menos, los equipos de la Comunidad Valenciana no me van a querer entre sus empleados.", pensó contestarle a su padre. Pero se calló y disimuló un poco más.

–Natalia, ¿sigues al teléfono?

–Sí, papá. No te preocupes, el bus se ha retrasado un poco. Ahora en unos minutos estoy por casa. Y lo del equipo os lo cuento, tranquilos. Venga, ¡adiós!

"Fin llamada telefónica"

Seguramente su padre seguiría gritando por el teléfono, así que cogió la ruta larga entre la estación de autobuses y la casa familiar mientras rezaba para que primero se cruzara con su madre...

Algunos minutos después...

–¡Mamá! ¡Papá! ¡He llegado a casa!—gritó Naiara en cuánto abrió la puerta de la casa.

–Estoy en la cocina, cariño. Ven aquí a que te dé un abrazo y no se me queme la comida.

–Subo a la habitación a dejar la maleta y te doy ese abrazo.

Dejó la maleta y bajó a la cocina a darle un abrazo a su madre. Menuda suerte había tenido al encontrarse primero a Eloísa antes que a José Luis.

–Antes de que llegue tu padre. ¿Qué has hecho para que te despidan del club?—le preguntó lo más dulcemente que pudo su madre.

–¿Prometes no enfadarte?

–Miedo me das si empiezas por ahí. Pero sabiendo el odio que le tienes a Peter Lim y lo que has intentado hacer por muchos de los compañeros de tu hermano, por ahí irá. ¿O me equivoco?

–No te equivocas, mamá. Le filtré la agenda de Murthy a un periódico deportivo para que pudieran sacar alguna confesión y que se fuera. Lo he logrado, pero me han despedido por el camino.

–Los de Singapur no tienen escrúpulos. Te arriesgaste y mira que ha pasado. Aún no sé como José sigue en el club... 

–Eso mismo pienso yo.

–Pero bueno, uno menos. ¿Sigues manteniendo contacto con ese chico que está investigando sobre los trapos sucios de la compañía?

–¿Con Marcos? Sí, mamá. Y todo lo que logra averiguar por mínimo que sea lo comparto con la justicia y con los periódicos.

–Pues algo acabará descubriendo para echarlos. Y ahora sube a tu cuarto y no hagas ruido hasta que yo suba. Me ocupo yo de calmar a tu padre. ¿De acuerdo?

–Gracias, mamá— le dijo Nai a su madre mientras la abrazaba otra vez.

–Venga, zalamera. ¡Sube a tu cuarto!

Y en cuanto subió a su cuarto, encendió rápidamente el ordenador. Recordó como su hermano habló de la Fórmula 1 cuando le hablaba de otros deportes y del fanatismo que tenía con ese deporte cuando era algo más pequeña. Así que entró en el navegador de Internet en busca de las formas de contactar con las 10 escuderías de la fórmula 1. Supuso que en alguna estarían buscando trabajadores en la parte de las redes sociales y ella estaría encantada de ocupar esa plaza.

Nota de autora
¡Qué emoción! Esto empieza ya. Antes de empezar la parte de la F1 tenemos que poner el contexto de Naiara. Agarrarse que vienen curvas. Nos vemos en el próximo capítulo y para más información no te olvides seguirme en @wri_art_multi_vlc. Muchos besos 😘